Álvaro Retana, que se autoproclamó el «escritor más guapo del mundo», siempre tuvo claro que lo importante era que se hablase de uno, sobre todo si era para mal. Maestro de la pluma irónica y frívola, del homoerotismo y la astracanada, fue uno de los grandes escritores españoles de la primera mitad del siglo XX, caído en el olvido con el transcurso de los años. Injusticia imperdonable que esta nueva edición de Las «locas» de postín y El fuego de Lesbos, por primera vez en un mismo volumen, pretende reparar.
Con sus equilibradas dosis de humor y desenfado, las novelas de Retana tuvieron una excelente acogida en los años veinte y treinta, mostrando una España que respiraba los aires de modernidad procedentes de otros países europeos. Los protagonistas de estas comedias de enredo —cuyos nombres ocultaban en su mayor parte a personas conocidas del círculo del autor— eran estetas decadentes, artistas sicalípticos, escritores galantes y, sobre todo, aristócratas libertinos que ponían a prueba los códigos morales vigentes. Un espejismo de libertad que se esfumaría con el estallido de la Guerra Civil y la dictadura de Franco.
Las «locas» de postín y El fuego de Lesbos son dos novelas que retratan con conocimiento de causa el ambiente gay, lésbico y bisexual durante los felices años veinte. Ambas obras presentan una sucesión de escenas disparatadas donde campan a sus anchas los más diversos embajadores del tercer sexo, transformistas que causan sensación en los teatros madrileños y marquesas engañadas por sus novias y amantes; personajes precursores de la estética camp y festiva de autores como Eduardo Mendicutti o Luis Antonio de Villena y cineastas como Pedro Almodóvar. Como concluye Dimas Prychyslyy en el prólogo a esta edición, «toda leyenda merece ser adornada. Retana, sin duda, hace mucho tiempo que lo es».